Aprecia los momentos bajos de tu vida porque son los momentos más reales.
No hay falsos elogios ni ningún disfraz deliberado, sólo la realidad desnuda y la voz más pura del corazón.
Esos dolores y luchas permiten a las personas verse más claramente e identificar quién está realmente con ellas y quién sólo está de paso.
El camino puede parecer difícil, pero no es el final; es una oportunidad para la precipitación, la transformación y el renacimiento.
Cuando todo parece derrumbarse, el verdadero poder se está gestando silenciosamente; haciéndote más decidido y más fuerte.
Siempre habrá un día en el que mires atrás y te des cuenta de que ese período de tiempo te ha dejado no sólo cicatrices, sino también sabiduría y fortaleza.
¡Porque te hace más fuerte, más despierto y más auténtico!
# Dítelo a ti mismo
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